Espada de ignominia desde una vertical
de egoísmo e inconsciencia,
hacia la hendidura fértil, que cierra
el cuerpo ante el abuso y la boca
se llena de lamentos.
La muerte, no sólo es física, el alma
agoniza en la pena y algo se rompe
en el interior, algo que no se puede reparar.
Las cicatrices en el alma, no se curan
con el tiempo y en la memoria
siguen ardiendo los ojos, entre la ira
y la desesperación.
Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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