de pan reciente, níveas manos
y de rojos de sangre pasión,
prendido en tus labios.
En tu desnudez, sólo el agua primigenia,
en un manantial que brota
de una sonrisa o las aladas notas
de un suspiro.
En tu desnudez, una pérdida de pudor
y ese atrevimiento de ceñir
tus caderas con mis manos y abrazar
el sueño de besar tu boca.
En tu desnudez, un amanecer
en tus ojos y una gratitud de contacto,
sobre las perfectas esferas de tus senos.
Abrazar, sin un declarado hirsutismo,
la seda que tu piel ofrece
a la dulce caricia de la brisa.
Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario