que ofender nuestro olfato
y torcer el rumbo de un gesto afable.
La ofensa es la deliberación con el propósito de romper la armonía
y el equilibrio.
Los soldados de la nada, disparan
su indiferencia bien apuntada
hacia sus objetivos y consiguen
que se anulen todos los resquicios,
que de nuestra atención eran requeridos.
La insensatez es el caldo de cultivo
de todos los monstruos.
Aquéllos, cuyas cejas se hunden
en los oscuros cuévanos, donde
mueren sus ojos.
La Luz y su brillo, molestan a los que
se esconden en la oscuridad y piensan
que todo es malo, porque ellos lo son.
Escrito en Marzo 2016 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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