la voz en el lamento sumida,
se va escapando la vida
ante una ayuda negada.
Se pide colaboración
para salir de un infierno
en el que cada gobierno
no pone ni su atención.
Por su excesiva dureza
se abre en la población
un hueco en el corazón
por combatir la pobreza.
Mientras que los dirigentes
de los países, ajenos,
con sus vientres siempre llenos
generan más indigentes.
Su riqueza es la condena
de quienes todo han perdido,
porque así lo han decidido
los que tu vida encadenan.
La vida es cruel y fiera
y en su fatuo proceder,
algunos han de ascender
pisando sin escalera.
Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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