con un rubor de estrellas en las mejillas.
Empapados de sudor o reciente rocío,
en una noche eterna de abrazos y besos.
Cuerpos recamados en el limo, que a la hierba
adora, prestando su ornato de tibia tierra
a los amantes, entrelazados en el regocijo
del amor.
Dos cuerpos desnudos, bajo la inercia,
que se contiene, para expandirse
en cada jadeo.
Respirando una penumbra con su penacho
de gloria nocturna y ese arrullo de río,
que vaga entre un silencio adormecido.
Dos cuerpos desnudos en una aleación
de metales, cuya nobleza emerge
de sus corazones puros.
Amantes que se derraman sobre una noche
de cálido verano, vestidos de amor,
sin más sonido que el estallido de sus besos.
Escrito en Enero 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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