que origina los naufragios de la razón.
Tristes ojos en un cuerpo que no se acomoda
a mi ser.
Danzan los fantasmas que han perdido
sus sudarios y se que me aguardan,
un frío féretro y el fuego de la consumación,
para dejar de existir o ser eterno.
No lo sé, toda esperanza yace en el fondo
de una vasija oxidada y detrás de la puerta
se han colgado los instrumentos de tortura,
para intentar vivir libre de remordimientos
y ser feliz de nuevo.
El mundo es un lugar inhabitable,
en el cual habito. Trato de razonar la sinrazón
de las gentes, para comprender
todos los misterios de sus extraños comportamientos y me veo a mí mismo,
cometiendo una y otra vez los mismos errores.
No es mi mente, no es mi cuerpo; es la penosa
circunstancia que contamina cada una
de mis emociones.
Puedo llorar lágrimas amargas o sangre,
con salobre sabor, pero nadie me llorará,
ni me echarán en falta, cuando muera.
Tal vez nunca me han amado o no he sabido
interpretar sus intenciones.
Escrito en Enero 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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