Los coros celestiales se callaron
durante mucho tiempo, y olvidaron
las voces que emitieron serafines.
¡Habladme piedras! Yo os sentencio
por vuestra mudez y así os imploro,
que vuestros sonidos, con decoro
deshaga los esquemas del silencio.
¡Hablad y no calléis ! Va siendo hora,
de recordar el paso de la historia,
para grabar por siempre en la memoria,
su paso descuidado en la demora.
Por siglos, la mudez como castigo,
se impuso bajo el yugo del terror,
no quiero más letargo, ni sopor,
la piedra ha de ser mi fiel testigo.
Si calla toda voz, por cobardía,
las piedras hablarán, no cabe duda,
si acaso la razón se queda muda,
sus voces sonarán día por día.
Escrito en Enero 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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