una rosa de sangre y en las aguas grises,
humean los árboles abatidos, en estado
de descomposición.
Se extiende una densa niebla sobre
los manglares y el hedor es indescriptible,
mezcla de yodo y azufre se desprende
desde un fondo opaco.
Entre los dedos se enredan telarañas viscosas,
que impiden que las caricias lleguen
hasta los cuerpos sin vida, que flotan
inertes en el pantano.
Hubo un día, en que la luz enfermó por beber
el acíbar de las bocas impías
y las cuerdas raídas, que sujetaron
las voluntades y los rectos principios,
dibujan hoy, un extraño cuadro gótico.
El silencio es una muerte lenta y los ojos
de los insectos, caen rodando sobre un triste
escenario.
Carcomidos los sillones de las largas esperas,
ya nadie puede, ni tiene la necesidad
de apoyarse.
Entre las ramas, los huesos quebradizos
se amontonan con los metales herrumbrosos
de un reciente apocalipsis.
Escrito en Enero 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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