que el nácar de tu sonrisa,
ni más suave y tierna brisa,
que tu aliento en su destello.
No hay más amor en mi lecho,
que el sueño, que se demora,
prisionero entre las horas,
cuando estoy mirando al techo.
Y esa espera intranquila,
no encuentro paz, ni sosiego,
porque te amo y siento el fuego
ardiendo entre mis pupilas.
Y mi corazón se excita,
palpitando en esa espera,
que sufre y se desespera
y en mi soledad se agita.
Te espero en este rincón
y estoy pendiente de un hilo,
que va manteniendo en vilo
y en ascuas mi corazón.
No conozco otro sentir
y es amargo mi sabor,
si carente de tu amor,
no soy capaz de vivir.
Escrito en Enero 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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