de los hombres.
No respiran el aire puro, sino el humo tóxico
de la pólvora, ardiendo en el odio
de sus corazones.
Desconocen el fulgor de la verdad, latiendo
en cada uno de nosotros. La verdad del amor
y la concordia.
Desconocen la emoción de sentirse reconocidos en los demás.
Alguien maneja los hilos de sus vidas,
porque no han aprendido aún a caminar,
buscando la mejor vereda, la que conduce
al éxtasis de las alegrías compartidas.
No conocen la fuerza que impulsa
al ser humano, en la búsqueda del equilibrio
y seguimos cayendo, una y otra vez
en los mismos errores.
Escrito en Enero 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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