asomando tímidamente por el horizonte.
Las nubes se ruborizan, sangran emociones
y el arco celeste se incendia, para recibir
un nuevo día, un nuevo año.
Todas las esperanzas se han bebido
en las copas, al hacer un brindis con los
mejores deseos, en una armonía
que intentamos recuperar, salvando
todas las distancias, hermanando esfuerzos,
voluntades y sueños perdidos.
Suena el cristal de las copas
en un único arpegio de amistad y concordia,
sobresaltados los corazones en un júbilo,
que se traslada y difunde en el estruendo
de la pólvora.
Ojalá que cada sueño perdure y permanezca,
que no se quemen como la pólvora
y ascienda hasta ese cielo de los anhelos,
que deseamos alcanzar.
Escrito en Enero 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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