que el que se cuaja de estrellas.
Me recuerda el brillo, que en la ilusión,
esplende en unos ojos.
El corazón arde en un incendio de alas
y las plumas dejan chispas de amor
y sabiduría, en el retrato
de nuestra constancia
o en el puro espejo de otros ojos,
que comparten nuestra dicha.
Corazones con el almidón
de una blanca camisa, tendida al sol,
abierta al beso y a la caricia del viento.
Navíos en mares de tranquilidad
y resoluciones en cascadas
de aguas turbulentas,
nacidas en la vorágine de las dudas.
Escrito en Julio 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario