por detrás, que por delante,
se aprende a guardar las formas
y la diplomacia es un liviano traje,
con el que caminar, entre luces y sombras.
Sortear las dificultades es saber
navegar entra aguas quietas,
sabiendo que las turbulencias
están presentes y se alían
con el viento.
No sé cuál es el límite,
pero sé que estoy creciendo
en mi evolución con el peso
de las lágrimas y una resolución
tan amplía, como la sonrisa
que llevo puesta.
Escrito en Julio 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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