inyectado en sangre y besemos
con la boca destrozada
y los labios rotos.
La rabia saldrá como espuma voraz,
que trata de ocupar todo un ámbito
celeste.
Veremos tal vez,
nubes de una toxicidad admitida ,
cubriendo un espacio, donde los pájaros,
perderán irremediablemente el rumbo.
Las costillas son realidades, en cuyos
espacios huecos, se clavan dolorosamente y las dudas quedan
ensartadas y guardadas
en un corazón atormentado.
Escrito en Julio 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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