de las axilas.
Florece en mil mariposas
entre la enjuta barba y asciende en alas,
hacia las pestañas, tras una lucidez
de astros en las cuencas,
donde desembocan en frías
o cálidas miradas.
El vello, ensortijado en el valle
de miel y ambrosía, de un sexo
que se cierra como un párpado
en tus sueños.
Ave marina en la humedad del arrecife,
donde anidan los anhelos y despiertan
las tormentas, en la pasión que guarda
el cielo, con el tronar de sus voces,
en un mar de espíritu tormentoso.
Escrito en Julio 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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