te hallas ante un desierto blanco,
en el cual debe brotar un río de palabras.
Debe llevar un cauce lleno de emociones, sentimientos y vivencias.
Desde mi ventana, la vida pasa
como un tranvía que no se detiene
y veo los ojos de las personas,
que a veces narran sus experiencias
y otras, llevan grabado en sus rostros,
lo que sus bocas callan.
Hilvanar esos ojos con la mirada,
es difícil y en el extremo existe un fondo,
donde se guardan las identidades
auténticas, para no alimentar a las
falsas voces, que puedan romper
nuestra quietud y nuestro silencio.
Se colocan los hechos sobre un tapete
o alfombra, formando un escenario,
por donde deambular, buscando
mejorar cada una de nuestras actuaciones con respecto a las anteriores.
Las alas de las moscas muestran
un grafismo inédito, sobre el blanco
del papel o nuestra memoria,
medito sobre todo esto...
y escribo.
Escrito en Julio 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario