y mis sueños se mecieron
en tus pestañas...
hasta quedar dormido.
Cuando el labio trémulo vibra,
el beso rompe el silencio
y se produce un hechizo
de amantes encuentros
y luciérnagas prendidas
en tus cabellos.
Envié una paloma a buscar
todos mis sueños perdidos,
pero no volvió.
Quedaron tan, tan lejos,
que olvidó el retorno a casa.
Quiero ser como el vino.
Calmar tu sed, borrar tu timidez,
trastornar tu mente y tu corazón,
ser un tinto con buen cuerpo,
cuando me necesites.
Ser dulce o seco, blanco o rosado,
pero tal vez sea mejor ser un vino...
¡Generoso!.
Escrito en Julio 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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