deja en las aceras de los caminos,
el polvo que se desprende
de nuestras suelas.
Las ramas de los arbustos quedan
en las escarpadas lomas,
en una intención de rasgar la tierra
y hallar un dolor huidizo entre las nubes
del cielo.
Un silencio sin patria, merodea como
un espectador, ante las llamas vivas
que sucumben, cuando el día
es una debilidad que se muestra,
ante la expectación de mil ojos
que contemplan la noche.
Lunas de hoja de guadaña,
sobre un campo de estrellas
y unos ojos absortos, plagados
de lágrimas emocionadas y preguntas,
que son un eco perenne
en una inmaculada eternidad ,
en el resumen de un solo instante.
Escrito en Julio 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz"
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