los trozos de un alma herida,
cuando se escapa la vida
y en el corazón se encogen
las últimas ilusiones,
que alguien vertió de sus labios,
en otros labios resecos,
llenando todos los huecos
de amores, que siendo sabios,
nunca fueron prosperando,
se les ha ido ignorando
y otros intentos fallidos,
detuvieron sus latidos.
Hubo un hombre enamorado,
perdido entre tu boscaje,
sin fortuna, ni equipaje,
que pobremente ignorado
por tu corazón vacío,
muy cercano al desvarío,
como un adiós a la vida,
sin fallecer, se suicida,
matando así la ilusión,
en una desolación
que nunca selló su herida.
Escrito en Septiembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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