el ave de los sueños pasará con su plumaje
de seda, sobre las cabezas que mantienen
la ilusión del vuelo.
Debemos aprovechar ese incendio en la razón
y apagar el fuego que consuma el ánimo,
antes de que las llamas conviertan en cenizas
todos nuestros anhelos.
Hoy es el día perfecto y mañana traerá
esa tardanza, que inclina la balanza
y deja caer por su propio peso, el volumen
de la pereza, hacia los abismos de nuestros
propios temores.
La certeza no existe en una realidad figurada,
que no mantiene su forma exacta, por encima
de las efímeras visiones de nuestros futuros
logros.
Nuestros sueños no tienen forma y sólo
a través de los hechos, rompemos los espejos
ilusorios, para crear en el crisol de la esperanza, una dorada realidad,
resplandeciendo en el sol que amanece
dentro de nuestros corazones ilusionados.
Escrito en Septiembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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