la actitud es virtuosa
y en la discreción honrosa,
lleva el mejor fundamento.
Así pues, ya no concreto,
pues en mi disertación,
llevado por la emoción,
puedo pecar de indiscreto.
Un sabio dijo una vez,
que es mejor poder callar,
que tener que lamentar
no haber contado hasta diez.
Pues la virtud de la boca
es saber guardar silencio,
observar lo que presencio,
si en un error, se equivoca.
Un pensamiento se funde
en la palabra postrera,
sí la mente no se entera,
se trastorna y se confunde.
Es bueno reflexionar
antes, lo que has de decir,
no vayas a maldecir
lo que intentaste expresar.
Lo que hay en tu corazón
y conservas en tu mente
es el verbo incandescente
que fluye en ebullición.
Por eso lo más prudente,
sin duda es la introspección,
que guarda en tu discreción,
un criterio inteligente.
Escrito en Septiembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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