Si ese ¿Por qué? nunca existe.
Si la respuesta resiste…
nunca preguntes ¿Por qué?
Es clara la relación
entre una pregunta hecha
y esa respuesta maltrecha
por cuidar tu educación.
Nuestra duda es el oficio,
más viejo en la humanidad,
por ello, en la sociedad,
el silencio es beneficio.
Si no hay la seguridad
en la respuesta precisa,
no debemos tener prisa,
es otra la prioridad.
En cada cuestión propuesta,
surge un nuevo interrogante,
la pregunta itinerante,
no siempre hallará respuesta.
Si una respuesta no encuentra,
aquello que satisface
por la pregunta que se hace,
en un conflicto se adentra.
Puesto que no es lo que espera,
ni es pronta su solución,
se enreda en la confusión
y su respuesta es ligera.
Se encuentra la solución
en ese origen velado,
que en la duda ha comenzado,
tal vez, por pura intuición.
Preguntar y responder,
no son soluciones natas
y en algunas dudas, matas
esas ganas de aprender.
Escrito en Septiembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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