tu palabra de bien y vamos a observar,
cómo se desprenden los prejuicios
y los temores infundados.
Pocos conocen el poder exacto que,
una palabra o un gesto tienen, para resonar
en los ecos de la eternidad su melodía de amor,
con acordes de una belleza que brota,
desde un alma forjada en la pureza del pensamiento,
prístino y original, antes de que
el mundo llegue a precipitarse en abismos
de aguas corruptas, por la inactividad
de las voluntades.
Podemos mover el mundo y sus aguas puras,
agitando nuestras manos en un sentimiento
de unidad, en lugar de cercenar las manos
que piden ayuda y consuelo.
Un sólo corazón, unido a otras voluntades,
forman una cadena, cuya fortaleza se halla
en la firmeza del espíritu.
Escrito en Septiembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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