viernes, 13 de septiembre de 2024

En busca del arcoíris.

Llevarte así, de la mano.
Abrir los senderos, los cuerpos inermes
de blanca ternura, en la compasión del oído que, atento escucha en la bendita misericordia 
de un fluido abrazo.


Como un único hermano, en la salvedad
de un mundo gris, cuyos colores se hallan 
en el arcoíris y para encontrarlos, debemos 
prudentemente, elevar los ojos al cielo.


La lluvia limpia los cuerpos y las almas.
La tierra sedienta, abre sus garganta 
desde la entraña y de nuevo el sol la besa 
cálidamente, extendiendo sobre el cielo 
un arcoíris.


Así, de la mano, como perdidos en la niebla,
buscando la lágrima pura de la mañana,
en el rocío.
Tú y yo, diciendo sin palabras lo que ya sabemos, 
conectando con otras realidades que, emergen desde el fondo,
 para anidar en el corazón y en la mente.


Tal vez, aves solitarias que no desean emigrar 
a otras tierras, donde el frío invernal,
es perenne en el ánimo de las personas,
carentes de sentimientos, ya que fueron 
abandonados en los abismos 
de su inconsciencia.

Escrito en Septiembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz “.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.







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