en su ausencia, una nota suspendida
de su voz, en el silencio?
¿Cómo acceder al misterio que guardan
los silencios, que huyen del bullicio del sonido
en la precariedad de su armonía?
Álgida voz, la que pronuncia un himno
o una queja con una constancia en su lamento.
Se adecúa el silencio en la calma
de una mente tortuosa, para abarcar
ese espacio perdido en la inconsciencia
de las edades.
Ondas de sonido y agua fértil, en el interior
de un corazón ilusionado.
La voz y el sonido, son el precinto personal
del espíritu innato, que pretende dejar
aparte, al nómada que habita
en los pensamientos.
Escrito en Septiembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario