miércoles, 18 de septiembre de 2024

El tiempo pasa inexorablemente.

Avanza el tiempo en el ritual de las hojas
desprendidas, ante la inercia de las nubes que
contienen, todas las lágrimas que se perdieron 
en las guerras.


En el ocaso de la vida, existe una tristeza 
que pesa y se condensa en la nebulosa que
emerge del pensamiento y asciende 
como una promesa que no desea 
la forma propuesta, ante el resultado 
de un posible y efímero proyecto de vida 
o un intento de esbozo con mano temblorosa,
que apenas sostiene el cayado, con la firmeza 
necesaria que exige el protocolo 
de una juventud diluida entre marchitos 
recuerdos.

Escrito en Septiembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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