viernes, 13 de septiembre de 2024

Nictofobia.

Todo el amor del mundo 
se basa en esa embriaguez,
que sucede alguna vez 
y surge en lo más profundo.


Todos los cabellos vuelan,
al desprenderse a menudo,
de ese cuero cabelludo
y entre sueños, se desvelan.


En el ático, la lumbre
produce los fantasmales
espectros, en ventanales,
sin una luz que me alumbre.


El miedo, la sombra ingente,
que se cierne en el nocturno 
pavor, lento y taciturno,
con dudas sobre mi mente.


Caminamos en la sombra 
de un sortilegio o hechizo,
que en la noche se deshizo
y por temor, no se nombra.


Aciago pulso y mirada 
perdida en la sombra leve,
debes contar hasta nueve 
y en el diez hacer parada.


Todo temor, así huye 
del ámbito tenebroso,
amanece un día hermoso 
y tu inquietud se diluye.


Escrito en Septiembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.






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