jueves, 12 de septiembre de 2024

La penumbra es llama en tus ojos clarividentes.

En la penumbra de tus ojos clarividentes,
encuentro la llama necesaria, para encender 
la hoguera de mis olvidadas ilusiones.
La noche toda está inscrita, dibujando 
las órbitas de las estrellas, en el círculo 
perfecto de tus labios, durante un prolongado 
beso.


En el espacio delimitado, entre mis anhelos 
y mi corazón, dulcemente invadido 
por tus brazos, encuentro un cielo, 
en cuya vastedad se pierden
 mis pretéritas angustias 
y en icónicos despertares con brillante
resolución, mi alma se anega de amor 
con dulce premura.


No soy yo quien canta, es la emoción 
que se desborda en la mudez, 
ante la inquietud que produce el destello 
de una sonrisa, esbozada por unos labios carmesí.


No soy yo quien canta, es el azogue 
de mi alma, que suena con celestes arpegios,
emulando el tono de tu voz, en la caricia 
de su cadencia.
Es ese recorrido sobre la columna vertebral,
que me hace estremecer, cuando tu mirada 
descerraja todos mis temores.

Escrito en Septiembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



 

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