cómoda ignorancia que caerá
sobre nosotros, como un pesado párpado en las noches, en que
perdemos el rumbo y nuestra
conciencia.
No darse cuenta es encadenar
la atención y vender nuestro barco
a la suerte y las corrientes
del destino.
Escrito en Marzo 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario