esperando brotar en ríos
hacia tu cauce.
Quiero emocionarte, como yo siento
desbordándome en ti.
¡Estúpido! Eso ya no se lleva.
¿Qué nos queda? Calles vacías con
almas, vagando sin rumbo.
¿Dónde la emoción? Sentir esa
maravillosa sensación de ser un arroyo
discurriendo en tus laderas.
Suavizando a la enjuta roca su carácter
y recobrar el verdor en su inerte existencia.
Las caricias, con el tiempo, producen
el musgo tierno, donde se guarda
la humedad de todas las emociones
recobradas.
Escrito en Abril 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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