que golpea el corazón, cuando
no responde a mi llamada.
Cuando comienza a amargar el dulce
elixir y al no reparar que cayeron
unas hojas agrias en su infusión.
La vida se templa en el espíritu,
al decidir que la felicidad es
una actitud a tener en cuenta
y no una búsqueda de bienes
perecederos, que sólo sirven
para que se enfríe nuestra existencia,
en el descuido de no beber a tiempo,
los momentos más dulces.
Escrito en Abril 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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