con todo el bagaje que arrastramos
hasta el silencio, con sonidos o palabras,
también con el canto.
La soledad... con la propia aceptación
de tu propia compañía y después
de la ajena.
El desánimo...con la resolución de vestir
con una sonrisa, cada uno
de nuestros días.
Tenemos la claridad en los ojos,
el sol, en nuestra alegría y el cielo,
en la potestad de hacer el bien,
sin esperar recompensa.
Escrito en Abril 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz"
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