lágrima.
He mentido claridades, por no tener mis ojos, preparados para el destello de
su inmensa luz.
Lo cotidiano me aburre y me deslizo
sobre un papel en blanco, dejando
un rastro de mi alma en cada verso.
Se va perdiendo la vida, apuntillada
de segundos y vuelan los hechos.
Las personas fallecen, víctimas
de la enfermedad incurables, causada
por la vorágine de ser y estar.
Cuando uno se reconoce vivo, los oídos
se agudizan y se va perdiendo la noción
de todas las cosas, enredado con los sueños, en el instante en que tus ojos
se cierran definitivamente,
con el beso enamorado de la muerte.
Escrito en Abril 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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