y consecuencia.
Andamos a gatas entre los cristales
de la hipocresía, para crecer,
como crece la sangre en ríos,
por nuestras venas escondidas.
Bebiendo en todos los vasos
que nos ofrecen, por nuestra
insaciable sed de infinito, bajo un cielo
que se cierne sobre nosotros,
como un gato gris, agazapado
en el misterio de ser resueltamente
nuestra compañía en un ocre sucio
y callado o un naranja intenso
de desenfadada alegría.
Escrito en Abril 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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