desafiar a la muerte e imponer
nuestra presencia, ante cualquier obstáculo.
Vivir es estar siempre en el borde,
sin caer en el abismo.
Lavar con lágrimas el dolor y la pena
y tensar el arco de una sonrisa,
disparando carcajadas, para romper
un silencio asesino, que se alía
con nuestra tristeza.
Quitarle peso a la angustia y contagiar
la alegría, pese a la dificultad de las piedras que van lloviendo, por no tener
la solidez de creer que todo es posible
y que es cuestión de intentarlo sin temor...Una vez más.
Escrito en Abril 2017 por Eduardo Luís Díaz Expósito."zuhaitz".
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