la mesa.
Un foco de luz, colgado del techo
e interrogaciones flotando en el aire,
con movimientos circulares
y signos de extrañeza.
Cartón, madera, cartón y una cerradura
con un solo ojo rasgado en lágrima oscura.
Nadie sabe qué hay dentro y por ello,
crece el interés.
La sombra mórbida de un voluminoso
cuerpo y la impaciencia creciendo,
en continua expansión.
¡Qué importa el contenido! Cuando se trata de abrir un misterio oculto
a nuestros ojos.
El preámbulo es la fiesta, que en la mente se origina con todas las imágenes
posibles, cercanas a nuestra imaginación.
Si la abres, se romperá la magia de la
espera.
Si no la abres, tu propia inquietud pondrá
a prueba tus nervios.
Escrito en Abril 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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