martes, 12 de noviembre de 2024

Desde el viejo mundo.

Hay quien se declara poeta, sin serlo 
y hay quienes lo son sin pretenderlo.
Sobre la espuma gris, que es indecente,
se escribe la memoria de un demente.
El cielo se viene abajo, 
evadiendo el sudor en el trabajo.


El campo está abandonando,
sobre un pueblo desolado.
Crecen los musgos, las algas
y es mejor que nunca salgas,
horroriza lo que se vea,
cuando baje la marea.

El mundo es un triste erial,
de inteligencia artificial,
nadie encuentra su verdad,
si no hay electricidad.
Creemos ser inteligentes,
cuando somos dependientes 
y no tenemos consciencia 
de los que siguen sufriendo
y así nos vamos perdiendo,
con errores e imprudencia.

Nuestros ojos se han sellado 
y no vemos la verdad,
tan sólo la realidad,
que sin duda han diseñado.


Este mundo no es el mío,
es otro el que me han mostrado,
el mío, me lo han robado,
en medio del desvarío.


Me han mentido en la verdad,
nada puedes dar por cierto,
el viejo mundo se ha muerto 
y con él, la humanidad.

Escrito en Noviembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.







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