honestidad y eficacia,
teniendo la diplomacia
en todas las ocasiones,
en que, en la conversación,
ponemos el corazón
y no queremos herir
con las frases lapidarias,
que nunca son necesarias
y se pueden prescindir.
Lo correcto es encontrar
una palabra adecuada,
que sea bien expresada,
cuando se comienza a hablar
y procurar a diario,
tener esa sensación
de poner el corazón
al borde de nuestro labio.
Cuando se comienza a hablar,
se pone en conocimiento
el más puro sentimiento
o el más noble pensamiento
y no se puede borrar,
aquello que has pronunciado,
si al hablar, lo has expresado
y no has recapacitado,
es mejor, no haber hablado,
que dialogar sin pensar.
Escrito en Noviembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz ”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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