en medio de la luz y a la tristeza llevar
zapatos negros de charol, para intentar
pasar desapercibida durante la noche.
La memoria del agua se desbordó, enajenada
por el viento y el narcisismo de la roca
se multiplicó en sus innumerables arenas.
En el desierto, la sed reclama una inmediata
humedad en las gargantas de los abismos.
Crecemos sin saber la dimensión real
de nuestros anhelos y descendemos hasta
los infiernos, para encontrar la sal de la tierra.
Escrito en Noviembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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