que proyecta una indiscreta mirada,
tratando de escudriñar, sin preguntar,
es realmente la suciedad de imaginar
una fingida realidad, que no se ajusta
a la veracidad de los hechos.
El único motivo es estropear el cuadro
que aparece ante nuestros ojos
y mancharlo con malas intenciones.
Esa morbosa preocupación de buscar
la maldad o las sombras que se quedan
tras la luz.
Ocultar la belleza, con gruesas pinceladas,
por no soportar tanta luz y pensar, equivocadamente,
que la verdad, la bondad y la belleza,
son excesos de nuestra propia imaginación.
Escrito en Junio 2016 por Eduardo Luis Díaz Expósito." Zuhaitz"
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