Hay poetas tan absurdos, que en vez de usar
papel higiénico, usan palabras para limpiarse
el culo.
En las palabras absurdas no hay poesía,
a no ser que encontremos belleza en cada una
de sus encriptaciones.
Si no puedes sentir la belleza, jamás hallarás
la poesía que buscas, ni surgirá la inspiración.
La musicalidad, la cadencia o la imagen
de la belleza, conforman la Poesía,
para poder expresar desde el lirismo,
desde lo más hermoso a lo más terrible.
Nada existe, ni puedes transmitir, si no puedes
sentirlo en tu interior.
La Poesía nace en el alma, anida en el corazón
y torpemente trata de hacerse visible
con nuestras palabras.
La Poesía y Filosofía son hermanas de la razón
y primas del Arte del conocimiento en la expresión máxima de la belleza de las palabras.
La poesía se divorció de la mecánica
del pensamiento, como estructura básica
de la política.
Quien vive la Poesía vive la eternidad
en cada de sus versos.
La Poesía es el arte de ver la belleza, hasta
en lo más pueril e insospechado.
La Poesía es la música contenida
en las palabras. La Música son los sonidos
que hablan de la belleza, cuando las palabras
no alcanzan la armonía necesaria, rompiendo
el silencio... sin estridencias.
La Poesía ama el verbo y su significado.
Crece desde la cadencia del silencio
y eleva la palabra a las altas esferas
del misticismo.
El poeta expresa con su voz,
lo que guarda en su alma y pone alas
en cada uno de sus versos,
para que sus palabras aniden en todos
los corazones humanos.
El poeta nace humano y muere en sus versos,
para renacer de sus cenizas
y vivir eternamente en sus poemas.
Quien roza con sus labios un verso, conoce
el laurel dorado que ciñe la frente de los dioses.
Escrito en Enero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.