El otoño de cabellos rubicundos,
plasma un tapiz de hojas desprendidas,
alegando una pérdida de vida
de otros vientos, severos e iracundos.
Se antepone al invierno más profundo,
por sus nieves perpetuas y aguerridas
en carnes temblorosas y ateridas,
que buscan calidez de un sol fecundo.
Otoño de matices y colores,
de nostalgias y lluvia en los cristales,
de tibieza y ternura en los encuentros.
Es tiempo de sentir esos amores,
clavados en tu ser, como puñales,
sintiendo su punzada en tus adentros.
Escrito en Octubre 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz "