jueves, 25 de febrero de 2021

Recobrar y cumplir los sueños más hermosos.

El sol es mi testigo, huele a hierba fresca
y a rocío.
A lágrima alegre, desbordada en la alegría 
y ese brotar de la carne tibia, en abrazos
que derriban las columnas estáticas 
del temor en los encuentros.


Hoy puede ser real el milagro y la miel
de los sueños podrá ser vertida 
en nuestras realidades.
Será cuestión de dar forma a todo
lo que deseemos convertir en auténtico.


Desde lo efímero a lo tangible, todo aroma
se desprende de la solidez que sentimos 
en nuestro entorno y somos capaces 
de captar con nuestro olfato.
Las manos aún mudas, interpretan 
con el tacto, el cuerpo mostrado 
de cada cosa que se manifiesta para ser
perenne, más allá de los recuerdos 
o de los sueños que se desvanecen 
como niebla imprudente, 
al abrir nuestros párpados 
hacia otros horizontes, dejando en el arca
de la memoria, la llave que abre la alacena,
donde permanecen los sueños que quedaron
retenidos y somnolientos, ante otras luces
más agresivas y cegadoras.


Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.






miércoles, 24 de febrero de 2021

Mujer, diosa de la creación y artífice del amor más puro.

Mujer, reflejas tu imagen esclarecida,
bajo la luz de la luna.
Femeninamente resuelta, con la melena
al aire, en cabos sueltos de brillos 
aterciopelados de negra espesura.


Cuerpo todo de vertientes de agua
en emociones, que como volcán, 
mi alma guarda y retiene 
en una pasión contenida por el respeto 
y la admiración que te tengo.


Dama de luna en espejos oscuros 
de noche cautiva en tus ojos.
Suena un arpegio perfecto en tu voz
y una recreación de sonidos y armonías,
que acarician las capas más sutiles 
del silencio.


Emerges en mi vida, espiga que crece 
entre mis sueños y por mis anhelos,
mi alma tañe un nuevo suspiro 
al contemplar tu imagen pura.
Tu sinuosa curva, proyecta esferas de cristal 
en caricias aéreas, 
que brotan desde tus pechos amantes,
en leche y dulce miel.


Dorada espiga de juventud, eterna madre,
amante, esposa y compañera.
Ni todo el amor del mundo 
es capaz de expresar lo que me haces sentir
cuando te evoco.
Mujer, diosa de la creación y artífice 
del amor más puro.


Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




martes, 23 de febrero de 2021

Solos ante la inercia de la vida.

Envolvemos el alma en un traje gris 
y disimulamos nuestras ausencias y carencias,
bajo el disfraz sobrehilado 
de una felicidad ficticia y de maquillaje barato.


Nos mostramos como la mayoría quiere 
que nos mostremos... con envolturas de raso
y papel de brillante celofán, pero debajo ...
No hay nada.


Somos la habitación vacía, la violencia 
engendrada por la insatisfacción, 
culpando a los demás de nuestra falta 
de decisión, para tomar las riendas 
de nuestra propia vida, permitiendo 
que otros lo hagan por nosotros.


No nos queda nada, sino 
el escaso atrevimiento a levantar 
ligeramente la voz, 
sin que seamos escuchados y sabemos 
que no se trata de una auténtica rebeldía,
sino de la pataleta de un niño, que no creció,
por no atreverse a ser un hombre 
y vestirse por los pies, en vez de arrastrar 
los temores infantiles, buscando 
una protección que nadie te brindará,
porque entre la ingente masa colectiva 
de gente que nos rodea...
¡Estamos pavorosamente solos!.


Escrito en Febrero 2021 por  Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.






Canción de la melancolía.

Te cuento una historia 
para que tu memoria 
la guarde en tu alma,
cuando tú estés en calma.


Ocioso ese día,
en que la melancolía 
acuda a tu vida 
de forma desmedida.



En tu recuerdo mora
el ayer, que ahora 
en las fotografías 
rememoras esos días.


No sientas tristeza 
por los días perdidos,
son los tiempos vividos 
y están en tu cabeza.


Vive con ilusión 
y guarda cada instante,
la vida por delante 
lleva en tu corazón.


Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





sábado, 20 de febrero de 2021

Todo lo que quedó atrás.

No quedan espejos de agua clara,
ni siquiera la nieve tiene la blancura 
de las edades de hielo.
Las flores, al igual que los pensamientos,
se marchitan en los caminos intransitados
por la alegría del agua vivificante.
y los susurros del viento, acallan su voz,
sepultándola en el silencio.


Hay un agravio antinatural, que no contempla 
las reglas de Gaia 
y todas las digestiones telúricas se alteran,
vomitando fuego desde la entraña,
hasta derramarse, cáustica y penosamente 
sobre los pueblos que habitan las laderas
de sus volcanes.


Los demonios cambian de aspecto 
y emergen fortalecidos, desde nuestras 
peores pesadillas.
Caminemos juntos hacia el sol, 
busquemos otras tierras vírgenes,
otras aguas claras y otros cielos,
donde las nubes no derramen lluvia ácida
sobre los campos.


Caminemos juntos, llevando a cuestas 
nuestras verdades, con más hambre 
de justicia, que saciedad en nuestras almas.
Con la mochila llena de piedras,
como únicos testigos de lo que ha sido 
en otros tiempos y no quisimos 
que jamás fuera en nuestra realidad actual.

Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




El fin de los días.

Esta gangrena se extiende 
por toda la sociedad,
el triunfo de la maldad 
es algo que no se entiende.


Cuando hablo con un amigo
y trato de comprender,
recuerdo, que aún ayer,
la razón fue fiel testigo.


Hoy nadie quiere entender 
lo que sucede en su entorno,
es un viaje si retorno,
sin un nuevo amanecer.


Vivimos tras la pantalla,
muy bien puesta y diseñada,
detrás de ella, no hay nada
en este mundo canalla.


La experiencia es virtual,
nada es real o tangible,
todo resulta asumible
por la mente artificial.


Este siglo es su momento,
suplantar al ser humano,
se evita en primera mano
otro nuevo nacimiento.


Esto es muy grave y profundo,
hemos perdido las riendas 
y no espero que comprendas
quién gobierna en este mundo.


Las máquinas con liderazgo,
nos sustituyen, creciendo,
mientras nos vamos muriendo,
víctimas de nuestro hallazgo.


Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



viernes, 19 de febrero de 2021

La maldad cabalga sobre un famélico corcel.

¿No lo ves? ¡ No lo ves!
Emerge de nuevo, después de los siglos,
con la perniciosa libertad de asesinar 
cada segundo en el que respires,
atenazando los instantes  con una obsesión 
psicótica, entrada en morbosos detalles,
sobre  cualquier carisma destacado,
haciendo sonar las trompetas, que antaño 
derribaron las murallas de Jericó.


Oculto entre las sombras de oscuras sotanas,
impías, sucias y necesariamente impregnadas
del pecado de incesto y rodeadas de cráneos,
víctimas de infanticidio.
La inocencia sojuzgada y penetrada
en la base de su candidez, por todos
los objetos fálicos, que abundan 
en todas las sinrazones del poder.


Descorre las cortinas, para contemplar 
una vez más, cómo se desliza 
la cuchilla de la guillotina, antes de cercenar 
un cuello, una vida o un paréntesis de calma,
en medio del tumulto de la gente,
que se agolpa, ante el morboso espectáculo.


Huele a sangre y venganza.
 Las aves dejan de volar, porque el cielo 
ha perdido la inocencia del azul celeste,
que soñamos durante las noches
de redención y tortura, a la espera 
de un milagro.


¿No lo ves? ¡No lo ves!...
Han dejado de sonar las trompetas,
pero los muros no han sido derribados 
y tras ellos, se escuchan los lamentos,
que escapan entre las rejas
de sus más oscuras prisiones.


Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




Temor ante la novedad inexplicable.

Lo inexplicable se presenta y no se espera,
siempre es algo que incomoda o nos sorprende,
un relámpago en el cielo, que se enciende
y es origen de una tempestad muy fiera.


Nos levanta del sillón, esa sorpresa 
que podemos aceptar, o al fin negarla,
aún así, resultará al sobrellevarla,
que se instala en nuestras vidas y nos pesa.


La sorpresa nos enciende en el rubor,
nos eleva o nos traiciona, sin saber
lo que muestre ese nuevo acontecer,
que nos mueve y nos sacude en un temblor.


Nos libera el engranaje en la rutina
y nos cambia la actitud y expectativa,
espesando en la inquietud nuestra saliva,
porque toda novedad nos abomina.


Ya no es, que a la razón llegue y alumbre,
pues tememos esa posibilidad,
de perder toda la comodidad 
que forjamos como hábito y costumbre.


Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





miércoles, 17 de febrero de 2021

Vencidos por el sueño.

Pesadamente caen los párpados, 
bajo el metal plateado, batido por esa hoz
que corta la consciencia, 
sumiéndonos en un profundo sueño.


Una vertiginosa densidad vertical, 
hacia las profundidades ignotas 
del subconsciente.
Un fluir total de imágenes oníricas,
que la memoria trata de alcanzar, 
pero escapa en el momento de abrir los ojos,
en una madrugada de pájaros 
de viento y fuego, huyendo 
ante un rayo de sol, que desea atesorarlas 
en su ardiente crisol.


Hemos sido vencidos por la Luna 
y el parpadeo de las estrellas.
La noche reblandece la voluntad 
de permanecer despierto y vamos lentamente 
caminando sin pies, hacia el abandono 
del cuerpo, en la amorosa entrega 
por el susurro de una voz lejana, 
que nos llama, para que acudamos 
a esa cita, donde los sueños adquieren forma 
y se muestran reales, a pesar de su abstracta
e intangible figura.

Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.







martes, 16 de febrero de 2021

El Amor no es un daño consentido.

Vivo en loco sueño, y de esta suerte,
vivo sin vivir en la consciencia,
ya perdí toda esperanza, y mi paciencia 
se limita a esperar la dulce muerte.


No he tenido en esta vida esa gran dicha,
que surge por amar y ser amado,
yo no sé si por mi empeño hube errado 
o es mi suerte, que es aciaga y contradicha.


Una mano la ocultó detrás de un velo,
me negó de su virtud, felicidad
y he sentido que en mi triste realidad 
ha mermado mi inquietud en ese anhelo.


Imposible fué alcanzar el puro cielo,
que al amar fué el horizonte en mi destino 
y ahora amarga es mi vida con su sino 
pues no puedo remontarme en amplio vuelo.


Yo sé bien, de dónde surge mi condena,
por no herir, soy el herido, consintiendo 
que este paso por la vida, al ir fluyendo 
me arrastre en su caudal de dura pena.


Me olvidé de franquear su duro abismo
y tan grave fue su huella en mis heridas,
que no sé si ocurrirá por otras vidas,
pero debo meditar sobre mí mismo.


Y poner esta verdad, año tras año,
no que gusta que me hieran, si no hiero,
porque quiero que me quieran, si yo quiero,
no hay amor, si por amar permito un daño.


Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



La alegría es un canto a la vida.

Fugitivamente sana,
la alegría es una fiesta, 
tan ruidosa y manifiesta,
como agua fresca que emana
en el caudal de tu risa
y en la danza de tus brazos 
que al estrechar nuestros lazos,
siento  tu aliento de brisa,
blanco, como una camisa
de luz pura, inmaculada 
que estalla en tu carcajada,
volando al aire, deprisa.


Risa que siento a diario,
como un eco de campanas,
alegría en las mañanas 
que suben al campanario 
y por el valle, cantando,
surca los prados y salta 
hacia la cima más alta
y el tono nos va alegrando.


La alegría es la actitud 
valiente, sobre la vida,
que sanando toda herida 
vence al gris de la acritud 
y sobre el cielo nublado,
pone un sol resplandeciente,
canta al arroyo y la fuente
con su cantar afinado.

Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




domingo, 14 de febrero de 2021

La ira de los elementales de la Naturaleza

La voz del trueno, la espada flagrante 
que divide en dos mitades el cielo,
desesperadamente gris.
El hacha inmisericorde sobre las olvidadas 
conciencias, que desoyeron la voz
de la naturaleza.


Un fatídico muro de agua, que arrasa
las ciudades impías o un remolino de viento,
para batir con mano firme,
 las maderas de los hogares, 
que fueron arrebatadas a los árboles 
y a los espíritus del bosque.


Si nadie se lo explica, es porque 
hace ya mucho tiempo, que sus oídos 
se taparon con la cera 
de una fingida comodidad y todos
los elementales de este planeta, 
sintieron alterados los pulsos 
de sus existencias.


Creemos que no existe aquello 
que no percibimos, pero nos sobrecoge 
las catástrofes causadas 
por sus iracundas manos, 
buscando una solución a algo, que ni siquiera 
somos remotamente capaces de comprender.


Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




sábado, 13 de febrero de 2021

La luz en baño de claridades.

¡Ah, la luz! La majestuosa luz, que inunda
los huecos inertes de las sombras.
Baño de claridades, donde el gozo
se transforma en color exultante y adquiere 
cálidos tonos. Caricias, tal vez perdidas
en los álbumes de nuestras memorias.


Una radiación pulsante, que a pesar
de herir las retinas, realza todas las aristas
y vértices, suavizando texturas y dorando 
tras su velo las formas más abruptas,
concediendo un brillo solar 
a sus empobrecidas figuras.


La luz, que se manifiesta bienhechora,
creadora de la tibieza necesaria 
para madurar la espiga reciente.
Ámbito que no conoce límites en el espacio 
e irrumpe en los habitáculos del vacío.
Irisación a través de las gotas de lluvia,
que como lentes divinas, aportan matices 
y destruyen la acritud del gris de la tristeza.


Deshace y desmenuza las blancas nubes,
formando lámparas celestes, que proyectan 
venablos luminosos sobre unos campos 
extasiados y vestidos de verde esperanzado.


Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




viernes, 12 de febrero de 2021

Yo soy el que soy y me reconozco en mi.

Me pueden las ganas de vivir soñando,
pisar tierra firme, y a pesar del vuelo 
llevar en mi mente, tan sólo un anhelo...
-vivir el momento y no estar esperando.


Saber que es  muy cierto aquello que siento,
que debo pensar en saber de mí mismo,
mi mundo comienza desde el activismo,
que surge en la forma que vivo y  presiento.


Ciertamente soy parte de un bagaje
que muestra una esfera, en la cual me muevo,
siempre surge algo, que es distinto y nuevo,
una nueva pieza de un gran engranaje.


Yo me reconozco, y en mi ser declaro,
trasciendo el espacio y modulo la forma 
que ajuste mi vida, sin regla, ni norma,
sobre un pensamiento decidido y claro.


Y siento que soy esa gran verdad,
que transforma el agua en cálido vino,
esa claridad, de origen divino,
que muda y mejora toda realidad.


El dios que me habita, es el verdadero
y no necesito dar explicaciones,
se forma sin  duda, en los corazones 
que encuentran el sol, tras un aguacero.


Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.






miércoles, 10 de febrero de 2021

Creamos el Mal ¿Estamos satisfechos?.

¡Enhorabuena! Has hecho un buen trabajo.
Me has convencido de que jamás seré feliz 
¡Quién lo necesita!.
Vivimos en un mundo en que lo primordial 
es sobrevivir, matar para evitar que te maten,
odiar, cuando sabes que el amor no existe 
y jamás ha existido.


Se trata de eliminarnos unos a otros,
porque no soportamos a nadie,
 que remotamente se nos parezca.
Se trata de poder y sumisión, de dominio 
y de gozar de la destrucción, hasta que la vida
apague nuestro último aliento.


Se trata de un código de muerte,
para que tome forma en nuestras asquerosas
vidas parasitarias.
Se trata de crear una realidad de intereses 
con almas vacías, sin conciencia.
Gozar de la violencia de privar de la vida
a otras personas, ajenas a nuestras doctrinas,
aunque nuestra propia vida esté en peligro 
y nuestro destino sea idéntico.


La frase se repite hasta la saciedad y el hastío:
¡Esto es lo que hay!.
Y yo me pregunto: - ¿Realmente, esto es
lo que queremos...?
- ¿A esto nos estamos precipitando?.

Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





martes, 9 de febrero de 2021

La muerte desconoce su propia naturaleza.

También morir es ignorar la vida
en su esplendor, bajo una capa de resignación 
que nos hace invisibles al resto del mundo.
Existen muertes que no proyectan sombras,
ni reflejos de luz sobre los recuerdos 
de los demás.


No producen huellas, heridas 
o constancias imborrables, sobre las vidas
ajenas a las suyas y sólo se muestran
como neblinas pasajeras, 
que el viento ardiente de la indiferencia,
borrará como las arenas que se mueven 
en el desierto y deshace sus dunas.


Hay muertes de tierra árida, porque en vida,
jamás florecieron gratitudes en una vida nueva,
porque por su desprecio, se secaron 
las semillas, ante la exposición 
de pensamientos carentes 
de una vital renovación y expuestos
ante un sol inmisericorde, en su máxima
radiación de juicios injustificados 
y condenas irracionales, en el yermo ámbito 
de la incomprensión de su propia e ignorada
naturaleza.


Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




domingo, 7 de febrero de 2021

El origen de nuestros pensamientos.

Existen batientes olas de energía,
donde la razón no alcanza su cúspide 
y la tecnología se estrella en sus arrecifes.
Un color o un aroma,
 sobre un espectro sinuoso, quedan 
como una sensación inexplicable,
dentro de la redoma de lo casual.


Ni siquiera se puede pensar en el atrevimiento 
de inventar una explicación posible,
cuando tan sólo, las sensaciones 
se pueden sentir dentro de una realidad 
que es inherente, pero absorbe 
todas las realidades posibles.


Dios Energía, en la Mente Universal 
sostiene todas las mentes 
atrapadas en cuerpos, que son 
meros conceptos de una realidad que transita 
sobre un tiempo inexistente.


Acaso sea tan sólo, una nueva apreciación 
de los sentidos, para saltar 
de un plano de realidad a otro más sutil,
pero más auténtico, dada su perpetuidad,
cuando el tiempo se dobla y desdobla 
sobre sí mismo, como una oblea
hecha con la misma harina o materia 
de nuestros pensamientos.


Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



sábado, 6 de febrero de 2021

Las mentiras de la ciencia.

¿Quién puede alterar el destino?.
Jugar con cartas marcadas y volver 
a crear una nueva realidad en equilibrio,
intuyendo que caerán cada uno de sus naipes,
como una ola, que sobre la playa 
provocará un final inesperado.


Un punto redondo, se agranda absorbiendo 
cada una de las interrogaciones, que huyen 
desde una absorta admiración,
hacia la incomprensible precipitación 
en un absurdo abanico de negaciones
de bajo presupuesto.


No es nada inteligente, acudir a la inteligencia 
artificial. Nada que sea artificial, puede ser
inteligente.
Las preguntas divagan en un mar de dudas
y todos temen sumergirse en sus aguas,
para hallar la verdad más auténtica 
y profunda, para alzarla hacia la luz 
del entendimiento.


La ciencia bosteza teorías para engañar 
y no tener que demostrar... que no sabe nada
y todo es intuición, especulando sobre un mar
de posibilidades inexploradas.


Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




jueves, 4 de febrero de 2021

A pesar del naufragio. ( dedicado a mi prima Mª Jose )

Buscabas las lilas y las rosas crepusculares
en un campo yermo, en el que los pétalos 
cubrían la extensión de su superficie.
Con el sol sobre tus hombros, caminaste 
hacia un horizonte, donde el mar 
es una pausa en el tiempo y el viento 
borra todas las huellas, para iniciar 
una nueva vida, plena de amor, 
girando en un disco solar de constancias,
que muestran en cada amanecer,
un día diferente, distinto, 
pero satisfactoriamente acorde a cada impulso 
de tu corazón.


El sol de la vida brilló con tal intensidad,
que sin saberlo, se fueron marchitando 
cada uno de los pétalos de tu belleza 
y exultante juventud.
Tu belleza quedó como una frase
a punto de pronunciarse
en unos labios amantes.


Te fuiste perdiendo en la niebla, 
como un barco sin rumbo, sin advertir
que cada sonrisa o palabra te llevarían
al faro que tu navegación necesitaba.


No hablaré de naufragios, porque tu luz
sigue brillando en nuestras almas 
y tu llama no se ha extinguido,
permanece tan viva como ayer y siempre 
en nuestras vidas.

Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




martes, 2 de febrero de 2021

Desnudez ante el mundo.

La agudeza de manifestaba en ese 
silbido del viento que suele atravesar los 
cuerpos con su sonido, a la vez que 
su gélido aliento abría un escalofrío 
en cada poro de la piel.


Amante de la rueda inexacta, sus aspas 
fueron hiriendo amorosamente, 
los espacios inertes de algunos pensamientos.
La soledad mordía fieramente los círculos 
del ánima, cuando la razón huía lejos,
al encuentro de sus fantasías más crueles.


Llovía tanto, que sus ojos fueron una vez más,
nubes descendidas desde sus remotas 
cimas de nostalgia, hasta sus plantas 
detenidas en cada encrucijada,
en la que los charcos embarrados,
apenas podían reflejar su imagen.


Se iba comiendo sus tristezas y por el tenedor,
 se le escapaban algunos recuerdos fluidos,
que no quiso atesorar, porque le resultaban
muy duros de masticar, cada vez que intentaba
separar sus envoltorios de ilusión,
de sus pesadas realidades.

Nadie se atrevió a hacerle tanto daño, 
como el que se causaba a sí mismo.
Quedó desnudo de ilusiones, como un árbol 
sin hojas, ante un invierno crudo 
de inmaculada nieve .

Escrito en Febrero 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.