sábado, 10 de marzo de 2012

Buscando la dicha entre las paredes del miedo

Ignoro porque las rosas
no florecen bajo el mar.
Tal vez la candidez de su pecho
abierto en corolas, no soporte
el rumor que entreteje el azul craso
entre los labios múltiples de sus marejadas.

O quizás, su excesivo beso
entre húmedas constancias
haga estallar en rubores su tierna timidez
y tal vez, por eso, se torne en rubíes,
cuando el atardecer mece al Sol
sobre el lecho de las aguas.

Ignoro porque la piedra
no comenta el infortunio de una roca
que se deshace cuando una lengua suave
lame su gélido cuerpo.

Tal vez no es inerte
y de su alma escondida
se desprenden arenas de ternura
para dorar las playas bajo la luz cristalina
de un sol de azogue.

O acaso llore su falto sentimiento,
su"no poder amar", y poco a poco
su dureza se torne ánima o cristal
y se vierta lentamente
como los siglos colosos
lloran su amor a las sílfides del viento,
cada segundo que pasa,
pasajeros distantes
en el aciago tiempo.

Ignoro porque se quiebra la vida
tras las ventanas
y el tragaluz de los hechos
devora el último rayo.

Lo ignoro, si.
Mas, si un ático se eleva como una frente
desnuda e inocente
sobre la miseria del polvo,
sobre los cimientos de una noche insomne,
merece la pena buscar a tientas
la esquiva dicha, tras las paredes del miedo,
soñando estrellas una vez más.


Escrito por zuhaitz en 1985

Publicado en el poemario:
" Calles desiertas de la esperanza". ISBN: 978-84-15176-65-7
Depósito Legal: BI-701-2016




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