miércoles, 8 de diciembre de 2021

Nuestra huella en la eternidad.

Emanar, emitir, transmitir,
fluir como viento encadenado,
de penas y alegrías, colmado
en el humano existir.


Vivir esa sucesión 
de hechos que nos conforman 
y en los cuales, se transforman 
nuestro afán y su intención.


Todo es diáfano y fluido,
cuando en su celeridad,
vemos por su claridad, 
que nada ha sido fingido.


Desde su origen, construye 
su apoyo en todo tu ser,
lo puedes sentir y ver
en lo que nace o se intuye.


En toda su construcción,
brota su verdad, mostrando 
lo que  está desarrollando 
en aras de la invención.


Y así, la vida trastoca 
lo que en tu mente  nace,
desde ese instante en que yace
y en la eternidad, se invoca.


Escrito en Diciembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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