Cuando no quiero escribir,
mi mente ahí, me traiciona
si hay algo que me emociona
y me impulsa a revivir.
Me olvido del simple ayuno
de esa, mi palabra omisa
y elaboro , ya sin prisa
el poema, que oportuno
da imagen a un nuevo intento
de hallar en el pensamiento
lo que yo quiero expresar.
Lo que me da por pensar
o una sentencia muy breve,
a cubierto, por si llueve,
no demasiado velada,
pues toda acción contemplada
puede expresarse en un verso,
flotando en el universo
de quien busca la verdad.
El verso es la realidad
que navega entre fonemas
o en esa palabra ingrata,
que no es la flor, ni la nata,
sino esa voz que blasfema,
pero ni engaña, ni miente,
pues el verso es la simiente
que asciende a las altas cimas
y a la conciencia aproxima.
Escrito en Febrero 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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