Cuando el cielo orina sobre la tierra
inerte y seca, la semilla de fecunda
tras de su muerte y nace una planta,
para hacer que en cada amanecer
brote una flor de entre sus ramas .
No hay horas muertas, ni deseos,
ni inquietudes, porque todo es perfecto.
Acaso los ojos que sienten piedad,
hagan brotar de una lágrima,
un nuevo corazón con botones
de verde y esperanza.
Tal vez, deshagan todas las espinas y abrojos,
que nos impiden ver,
desde su enmarañada maleza, la belleza
que nos ampara la luz, bajo el cielo.
No preguntes porqué, no es la respuesta
una solución, si no el origen
de todas las preguntas, al averiguar
todos los motivos, que nos inducen
a elaborarlas en nuestras mentes,
antes de pronunciarlas.
Escrito en Marzo 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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