en la Laguna Estigia, que se extiende
sin orillas por el firmamento.
Las almas habitan allí y parpadean
en la noche, buscando la luz de vida
que las devuelva a su origen.
A veces caen espadas flamígeras y verticales
sobre la tierra, durante las tormentas,
en un enojo, por la distancia que las separa
de nosotros y tratan de avisarnos,
para que el olvido no las borre
de nuestro pensamiento.
La celebración del próximo encuentro,
logrará otras órbitas y otras vidas,
nada se detiene y sólo es un paso
lo que separa la vida de la muerte
y así conseguir la eternidad, más allá
de esta tierra labrada con lágrimas,
justo en ese vasto firmamento,
donde las estrellas y los planetas
nos sonríen cada noche.
Escrito en Marzo 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario