Cierro los ojos para no ver la luz...
y los temores desaparecen.
Escucho risas y pájaros, que huyen
hacia el cielo y una trompeta aguda
trata de descerrajar mis párpados.
No estoy...He desaparecido dentro de mi,
no sé, tal vez la muerte sea algo parecido.
Siento una mineral tristeza,
que no me abandona, es otra piel
que recubre mi alma.
No deseo abrir mis párpados, si no es
para contemplar con asombro la naturaleza.
El ser humano es dañino, el diablo teme
su mente y su mecánica psicológica,
para destruirlo todo.
Cierro los ojos, pero no puedo olvidar
mi patética condición humana.
Deseo quemarme en La Luz
y desaparecer dentro, para hallar esa parte
De Dios-Fuente- Enigma, que sostiene viva
mi inquietud de ser... algo más que humano.
Escrito en Marzo 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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