¡Hay que ver la cara de sorpresa
que ponemos, cuando se caen
todos nuestros argumentos, que usamos
para esgrimir nuestros conceptos!.
Queremos apuntillar con clavos una razón
que exponemos, como única verdad,
cuando pensamos que nos asiste
y nos nutre, ignorando cuál será el viento
que logrará hinchar nuestras velas,
para llegar a buen puerto y cuál nos vencerá,
haciendo zozobrar nuestro barco.
El armazón de un argumento puede ser débil
o fuerte, dependiendo de la convicción
y firmeza, con la que resolvamos
cada conflicto dialéctico que surja
en cada una de nuestras encrucijadas.
Escrito en Marzo 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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